Han pasado 15 años ya y todavía no se ha producido un partido de tenis que supere a aquel que midió a Rafa Nadal y a Roger Federer en la final de Wimbledon de 2008. Un choque que ha inspirado documentales y reportajes de todo tipo. Un duelo que es considerado por muchos como el mejor de la historia del tenis y del deporte en general. Una auténtica barbaridad.
Contenido:
- El 6 de julio de 2008 se disputó la final de Wimbledon entre Rafa Nadal y Roger Federer, la mejor de todos los tiempos
- Rafa Nadal jugó con el pie anestesiado y el choque llegó a pararse en dos ocasiones por la lluvia
Roger Federer y Rafa Nadal llegaban como número 1 y 3 del ránking ATP respectivamente. El suizo, dominador absoluto sobre el césped del All England Club, iba a por su sexto campeonato consecutivo en Inglaterra. El español, por su parte, era el rival a batir sobre tierra batida, no así sobre superficies rápidas. De hecho, el año anterior ya se habían medido en esta misma ronda y fue Federer el que se llevó el gato al agua.
Primer punto, pista central del All England Club abarrotada… y la grandeza de lo que estaba a punto de suceder ya se palpaba en el ambiente. Un primer punto con 14 golpes que cayó del lado de Rafa Nadal, algo que a la postre sería premonitorio. La batalla había comenzado.
Los dos primeros sets se los llevó el español por 6-4. Todo iba de cara para el manacorí, con un juego agresivo tanto de fondo de pista como en la red. En cuanto al servicio, Rafa Nadal demostraba lo que venía dejando claro durante esa edición: quería ser campeón… y sacaba como los campeones. Sin embargo, apareció la lluvia.
Dos interrupciones y un tie break memorable en la tercera manga hicieron retroceder a Nadal. El español llegó a estar 3-3 y 0-40 al servicio de Federer. En el cuarto set, Nadal volvió a tenerlo en su mano: 4-5 y 0-30 sobre el servicio del suizo. Después, Federer llegó a perder 2-5 en el tie break, salvó dos pelotas de partido y campeonato, y consiguió hacerse con la manga.
“Es algo que no he contado nunca, pero tuve que jugar con el pie dormido desde el comienzo del partido. Y no solo en aquel partido, también en varios partidos anteriores. Por lo tanto, los parones por lluvia complicaron todo el tema, ya que la anestesia tiene una duración, y yo sin anestesia, en aquel momento, no podía jugar el partido. Necesitaba anestesia para apoyar el pie. De hecho, los días previos apenas entrené porque no podía. Ahí sufrí también los nervios añadidos de no saber hasta dónde me iba a durar la anestesia”, desveló Rafa Nadal más adelante.
En el quinto y definitivo set, al no haber tie break, se llegó al 7-7.. Después de más de 5 horas de partido, Nadal se impuso por fin en Wimbledon. El primer título de los dos que ha logrado en su carrera sobre la hierba londinense. Una proeza que todavía sigue resonando en la pista central del All England Club.
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